lunes, 10 de enero de 2011

"In Hoc Signo Vinces", el poder de la cruz.

Siempre me ha llamado poderosamente el signo de la cruz cristiana para la lucha, siempre se ha solido relacionar con el sufrimiento de Jesucristo y la piedad y misericordia relacionadas con la crucifixión. En líneas más generales se ha solido relacionar con "iglesia", "Iglesia" o "religión" en sentido genérico. Sin embargo no siempre ha sido así.

Hasta no hace mucho se hablaba del secular enfrentamiento entre la cruz y la media luna, o de "cruzada" (desde las proclamadas a tierra santa hasta la autodenominada por el bando nacional en la guerra civil española del 36), destacando que la cruz se use como signo de confrontación.

Sin entrar en disquisiciones teológicas voy a ir al grano: la media luna musulmana simboliza el cuarto creciente de la misma y la llegada del Islam al mundo, de la misma forma que el cuarto creciente anuncia la llegada de la luna nueva en plenitud; el martillo pagano de Thor, opuesto durante el primer periodo de cristianización de Escandinavia a la cruz, representa la fuerza de su portador y la contundencia del rayo cuando golpea. Y a todo eso la cruz representa la muerte de un Dios. No me extraña que los que no conocen el cristianismo hablen de religión de perdedores.


Es muy curioso ver la enorme cantidad de cruces que han nacido a raíz del primigenio símbolo de reconocimiento entre cristianos perseguidos, muchas órdenes militares o religiosas han inventado o adquirido un nuevo diseño para representarse, y cada uno cargado de un significado distinto, pero haciendo referencia al mismo. ¿Qué tienen las cruces que no dejan indiferentes a nadie?

Permitidme un inciso histórico: Cuando el general Constantino, futuro emperador del Imperio Romano, se enfrentó a su rival Magencio en la batalla del puente Milvio (en inferioridad numérica y de condiciones) inspirado por una visión, enarboló por primera vez en la batalla el signo de la cruz, derrotando a su rival y haciéndose con el poder. Había visto una cruz elevarse en el cielo bajo la inscripción "IN HOC SIGNO VINCES" ["Bajo este signo vencerás"] y mandó pintar una cruz en todos los escudos de los soldados. Fue la primera vez que se tiene constancia de la utilización de la cruz como signo de facción.

¿Qué puede dar tanta seguridad y fuerza  a tantos hombres durante tanto tiempo para ponerse ciegamente bajo la enseña de la cruz? Y no sólo hablo de guerreros, si no de misioneros, marineros, exploradores y gente de toda clase y condición.

Por el escudo de un equipo de fútbol se lucha, se sufre, se puede llegar uno a matar por accidente, pero nadie ha confiado ciegamente en él hasta poner su vida en sus manos. Por el logo de una empresa se pueden mover millones, pero estamos en las mismas. Tan sólo por la bandera de una nación encontramos comportamientos similares, pero cualitativa y cuantitativamente muy inferiores, la cruz tiene un algo que nos invita a confiar en ella. No sólo a confiar, sino a abandonarnos por completo a ella.

Cuando Don Pelayo plantó cara a los moros en Covadonga, en el inicio de la Reconquista, recibió también de Dios otra cruz como signo de su destino: la Cruz de la Victoria. Bajo ella y bajo la protección de la cruz, Pelayo se enfrentó y derrotó a una fuerza invicta y muy superior. Pero no nos fijemos en cómo le derrotó, sino de dónde sacó las fuerzas necesarias para acometer tal empresa.

La Cruz de la Victoria tiene una particularidad a mi parecer, y es que destaca precisamente el rasgo que hace tan confiable el signo cristiano por excelencia: Se trata de una cruz dorada, con abundantes joyas y con un alfa y un omega colgados de los travesaños laterales (como la de la imagen). La virtud de la misma es recordarnos que Dios es Omnipotente, lo abarca todo, desde el principio hasta el final de todas las cosas; nada se le escapa. Él es el Alfa y la Omega. Así mismo nos recuerda que su muerte, su pasión, su paso por este mundo, aunque parezca, como la cruz, una derrota, está revestida de la gloria de la Resurrección, de la Victoria final y definitiva sobre todas las cosas. La cruz es un recordatorio de que no importa cuán débil seas o mal estén las cosas, pues Dios te dará la victoria definitiva si te abandonas a Él, a la cruz. No sólo en un sentido teológico (que por supuesto), sino en un sentido físico. No me cuesta imaginarme cómicamente a Dios diciendo a Don Pelayo que no le ayudaría hasta que fuesen muchos menos, para que no cometiesen el error de pensar que la Victoria era mérito suyo.

Por Fëanar

8 comentarios:

  1. Hay una sala en Versalles de cuyas paredes cuelgan diversos cuadros que representan en todos ellos a Napoleón victorioso. Ni una derrota. Cualquier desinformado que la visite saca la conclusión de que el genio militar gabacho nunca perdió batalla alguna. Este artículo me la recuerda. Creo que se puede expresar las creencias de cada uno sin necesidad de emplear este lenguaje apologético, ni hacer alarde de afirmaciones que pertenecen al ámbito de la fe como si fuesen verdades universales. Un poco de seriedad por favor.

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  2. ¿Seriedad? ¿Apologética? Discúlpeme, Señor mío, pero demuestra que no ha entendido absolutamente nada del artículo. Pero no se preocupe, está hecho por y para católicos, y colocado en la sección de religión. Si le incomoda no tiene porque volver.

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  3. No, no, soy yo el que le pide disculpas y por dos motivos. El primero por no haber sido capaz de entender lo que Vd. dice en su artículo. Segundo porque ignoraba que al dirigirse solo a católicos se podía permitir la licencia de convertir las creencias en verdades. Espero que acepte mis disculpas. En descargo de mi error me permito apuntar el detalle de que religión no es sinónimo de católico, ni siquiera dentro del cristianismo. Hay muchísimas más y sus verdades no coinciden con la suya y usan los mismos argumentos. Es pues, fácil equivocarse para un no experto. Agradezco su amable aclaración y no le distraigo más.

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  4. Ironías aparte. Si le molesta que los creyentes en una religion piensen de verdad que lo que creen es cierto y así lo expresen libremente en un espacio personal como es este blog, hágaselo mirar.

    Y, efectivamente, podría haberse tratado de cualquier otra religión, pero si se hubiese molestado tan sólo en echar un vistazo a los artículos de dicha sección, o simplemente visto la cita de Menéndez Pelayo que encabeza el blog habría averiguado que ambos somos católicos.

    No obstante, para los que le interese el artículo, es perfectamente aplicable a cualquier confesión crsitiana.

    Y no pierda el sueño, perdonado queda.

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  5. La verdad es que es mentira lo del Puente Milvio. Para empezar, las palabras que vio en sueños Constantino estaban escritas en griego (ἐν τούτῳ νίκα), y el símbolo que vio y que pintó al día siguiente en los escudos de sus soldados no eran cruces, sino crismones. "In hoc signo vinces" se elaboró más tarde para la intitulación IHS de Cristo como salvador de los hombres.

    La superpoblación de cruces se debe a la constante evolución del cristianismo y su adopción de símbolos paganos como propios. El Islam es mucho más inflexible en ese sentido, de ahí que no haya refundiciones de sus símbolos, sino reafirmaciones del mismo.

    Respecto a la hazaña de Pelayo... la intervención de la Virgen en la batalla probablemente tenga la misma veracidad que el vídeo de las tropas rebeldes asaltando Trípoli.

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  6. Sin ser incorrecta tu apreciación del crismón, que no desmedra en nada la exposición del artículo con respecto a la cruz como insignia cristiana, el indicar origen pagano a la cruz ha sido sublime e ilustrativo del nivel del comentario. La cruz es un signo cristiano y de nuevo cuño, a ningún otro pagano se le ocurriría adoptar como símbolo religioso un instrumento de muerte y tortura.

    La defensa que haces del Islam es encomiable, pero bastante estéril. El Islam es tan intransigente como el comunismo, arrianismo, ateísmo, racionalismo o cualquier otra corriente, que no suelen variar sus símbolos ni su forma externa, no es, pues, virtud del Islam.

    Por supuesto, la intervención de la Virgen, de la que no he hablado en ningún momento (y que desvela tu cruzada por atacar constantemente lo mismo en este blog) pudo ser o no, y pudo darse de una manera u otra, pero eso no tiene nade que ver con el artículo,y muestra lo alejado que estás del sistema filosófico católico y, por tanto, de la comprensión de este artículo.

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  7. No quiero decir que la cruz sea pagana, sino que muchas alteraciones recibidas por la cruz se han basado en elementos religiosos precristianos; de la misma forma que muchas iglesias, santuarios y templos se han levantado sobre altares prerromanos o templos paganos.

    "El Islam es tan intrasigente como el comunismo", y es a mí a quien se le ve a legua... compañero, cuántos problemas veo yo aquí. Es precisamente ese fanatismo el que desvirtúa todo el contenido, siempre defendiendo lo expuesto amparándose en la comparación fantástica con elementos que son tergiversados en cada palabra que escribes.

    ¿Qué defensa he hecho del Islam? ¿Decir que es más inflexible en ese sentido? En fin...

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  8. Es evidente que si consideramos "pagano" todo el lenguaje simbológico anterior al cristianismo nos encontramos con que, casi sin excepción, todo uso religioso sigue siendo pagano. La Iglesia usa del lenguaje simbólico religioso para transmitir su mensaje, al igual que el resto de religiones; incuyendo al Islam, que, pese a su inflexibilidad, bebe de símbolos preislámicos y, por lo tanto, paganos.

    No soy yo quien se ampara en afirmaciones dogmáticas y dadas por hecho. Si le interesa saber algo más acerca del Islam, siempre puede visitar el blog "La Religión de Mahoma" para entender un poco más la filosofía islámica.

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